Aunque durante años la amibiasis ha sido considerada una enfermedad propia de países cálidos, su descubrimiento tuvo lugar en una ciudad de temperaturas inferiores a los 7º C. Fue en San Petersburgo, Rusia, donde –en 1873– el doctor Fedor Aleksandrovich Lesh, al analizar las heces de un paciente, descubrió y describió al causante de este mal: la amiba, Entamoeba histolytica. Este pequeño protozoario, apenas cuatro o cinco veces superior a un glóbulo rojo, muy frágil y sensible a los cambios de temperatura, es capaz de colonizar el intestino grueso e invadir la mucosa intestinal y con el tiempo destruir los tejidos del cuerpo humano.
Colección: La ciencia para todos
Formato: 14 x 21 cm., 101 pp.
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