Fecha:
11/01/2015
Con varios importantes premios en su haber, con una obra literaria más que considerable (cuento, novela, poesía, ensayo), con una sólida formación filológica y literaria en español e inglés y puestos de responsabilidad en instituciones culturales de prestigio, el mexicano Hernán Lara Zavala, (Ciudad de México, 1946), de ascendencia yucateca, se hizo ingeniero en la Universidad Autónoma de la capital de su país, pero reconoció que su vocación iba por los caminos de la escritura. Que tal vocación iba a cuajar en muy estimables frutos era previsible en su carta de presentación narrativa, que, con el título De Zitilchén (1981), nos sitúa ante un conjunto de crónicas o historias vertebradas en torno a un pequeño pueblo yucateco, Zitilchén: su historia, sus personajes, sus anécdotas son el magma narrativo de estas páginas que armonizan el testimonio realista, sentimental, con la aportación imaginativa. Por lo demás, la fórmula nexual, de naturaleza geoespacial en este caso, que arracima estas casi veinte historias, tiene extensa tradición: Bocaccio, Chaucer, Anxel Fole, etc. Digamos para acentuar la paradoja de un escritor desconocido por aquí, que su novela Península, Península (2008) ha recibido los premios Ciudad de México, Elena Poniatowska, y Real Academia Española. El maestro Carlos Fuentes ha elogiado generosamente la obra de Lara Zavala.
Entre los relatos del libro hay una singular “Carta al autor” que posiblemente e justifique por ser este su primer libro. Se citan en esta carta, como líneas del mundo narrativo, el indigenismo encarnado en la tradición maya, el costumbrismo y algunos elementos del realismo mágico; pocos, en verdad. Tampoco falta la presencia del mestizaje. La secuencia de anécdotas de distinto signo (de violencia, de marginación, de secretos, odios y rencores, del pasado que retorna, del ocaso del pueblo, del machismo, del peso de ciertas tradiciones o de más de una vergonzante autoconfesión) van revelando al escritor ya como narrador asentado y seguro, posicionado en un narrar fruto de la observación y la invención; retratista y cronista que va dejando un ameno conjunto de pinceladas de lo local al tiempo que denuncia injusticias, abusos del poder, marginación, convencionalismo, desarraigo, anquilosamiento en las tradiciones, etc.
Ya aquí Lara Zavala exhibe un dominio idiomático y un poder expresivo que se concretan tanto en el registro narrativo culto como en la expresividad coloquial popular. Por lo demás, muestra el escritor compasión y comprensión hacia sus criaturas, no faltan algunas muestras de un humor desenfadado y elabora, en fin, un vasto mural de un microcosmos con personalidad propia en el contexto de un México de ayer y de hoy, amenazado por las inclemencias de un tiempo trágico y turbio. Un estreno narrativo, este Zitilchén en el que ya aparece un escritor metido en la memoria de una tierra, unas gentes y una vida que conoció: las vivió, son las suyas.

Acerca del autor:
Luis Alonso Girgado
Diario de Ferrol. Nordesía

Acerca del libro:
De Zitilchén
Hernán Lara Zavala