Fecha:
02/10/2017
El Fondo de Cultura Económica de México tiene estas dos excelentes colecciones para dar cabida y lucir a un conjunto de autores e ilustradores de difícil inserción en la literatura convencional y que, con buen ojo, están orientadas a despertar los gustos más exquisitos de las nuevas juventudes. Estos dos libros son un ejemplo perfecto. El primero es un álbum doble en negro y plata de gran delicadeza conceptual, una maravilla sepulcral onírica tan propia del país. En ambos casos, los protagonistas son calaveras, la pura Santa Muerte. En La madre y la muerte el inclasificable y certero Alberto Laiseca versiona, a su manera, tan sardónica como cruelmente sentimental el relato Historia de una madre de Andersen, la sórdida epopeya de esa madre que recorre la tierra en busca de su hijo secuestrado por la muerte y, para llegar hasta el refugio de la "Virgen de los últimos amores”; que diría Espronceda, va abriéndose paso a base de ceder trozos de su cuerpo a las montañas, los ríos y los bosques quienes nunca entregan sus secretos de manera gratuita. El final, terrible, nos hace ver la imposibilidad de revertir nuestra mortalidad.
En La partida, una madre pierde a su hijo en un fuerte temblor de tierra. Ruega sin cesar a los dioses que le devuelvan a su criatura. Su petición es concedida salvo por un pequeño detalle: el niño está vivo pero su cuerpo sigue muerto y existe en una agonía sin fin la cual ha de contemplar, impotente, la pobre madre. Después de intentar acabar innumerables veces con el sufrimiento del pequeño "walking dead"; logra quemarlo y su alma se expande por el mundo como la Pena.
Ambos relatos son un prodigio de concreción, de simbolismo y de inteligencia narrativa tanto literaria como gráfica. Una apuesta de maravilla, una sabia reflexión sobre la inutilidad del sacrificio y lo inevitable de que sean las madres desesperadas quienes lo llevan a cabo.
El mexicano Francisco Peláez, fallecido en Madrid en el oscuro anonimato allá por 1977, vivía para la literatura bajo el seudónimo de Francisco Tario, autor de Entre Noches y Fantasmas y algún clásico más perteneciente a la literatura más libre y underground. Tario, que siempre trabajó en la espesura de su, al parecer feliz intimidad, ajeno a movimientos y camarillas, muestra en este volumen ilustrado por Esquivel, una suerte de dilecto discípulo de Remedios Varo, su universo espectral, conectado en su hermetismo al de Juan Rulfo pero dotado de un humor sardónico y hasta perverso que le lleva a dar vida a protagonistas tan dispares como un traje gris, un perro moribundo, un ataúd o un extraño mico que sale del grifo de la bañera de un pulcro soltero. A lo largo de "La noche del féretro'; "La noche del perro'; la "del traje gris'; "La polka de los curitas. "Ave maría purísima'; "El Mico'; "El balcón" o "La banca vacía" conoceremos el escalofrío de la marginalidad, lo insólito, lo grotesco, la penumbra y las diversiones más extrañas de seres en los límites de la realidad que hacen de estos relatos suntuosos y oscuros un exquisito manjar, como un huevo de mil años chino.
En definitiva, dos opciones perfectas, parecidas a un racimo cargado de muchas sabrosas uvas de zumo algo intoxicante pero necesario para comprender que los confines de la literatura son inexistentes.
La partida/ La madre y la muerte
Alberto Laiseca. Ilustraciones de Nicolás Arispe
FCE. México, 2016
64 págs. 23 €
Entre noches y fantasmas
Francisco Tario. Ilustraciones de Isidro R. Esquivel
FCE. México, 2016
120 págs.
A partir de 14. años