Fecha:
29/07/2015

La música en Hispanoamérica, a lo largo del siglo XX, estuvo presidida por una serie de acontecimientos que transcurrieron en muchas naciones y manifestaron la pluralidad de las distintas realidades del continente americano. En las sociedades de finales del siglo XIX y principios del siglo XX se produjeron numerosas actividades que dinamizaron una heterogénea cultura artística: la obra de compositores significativos y la documentación de instituciones y asociaciones públicas y privadas han sido la fuente de información que se ha utilizado para reconstruir la historiografía musical que, como en toda sociedad, tiene muchos y variados actores, que avanzaron artísticamente, no exentos de conflictos, pero, hay que reconocer, también, gracias a muchos puntos de encuentro.

Consuelo Carredano y Victoria Eli, autoras de La música en Hispanoamérica en el siglo XIX (publicado en 2011), presentan este nuevo volumen, el octavo volumen de la colección Historia de la música en España e Hispanoamérica, con la participación de Aurelio Tello, Cecilia Piñero y María Ángeles Chapa, en el que abordan las corrientes de pensamiento estético, los movimientos sociopolíticos e identitarios, y los avances científicos y tecnológicos en el tránsito de los siglos XIX al XX del contexto hispanohablante.

La reflexión preliminar de las dos autoras es contundente: «Hay que admitirlo. Latinoamérica no es en forma alguna un todo sociocultural continuo. Es un fragmento extenso y disperso de tierra compartida en la cual se expresa su formidable diversidad. Como dice Eduardo Galeano, nos definimos a partir del desafío y por oposición al obstáculo».

No cabe duda de que lo indígena, hispano, africano, mestizo, popular, rural, urbano, nacional o universal participaron de esta construcción que, a pesar de ser marginal para la cultura occidental, se identificó con la identidad de los diversos grupos sociales que marcaron el discurso musical latinoamericano.

Los debates estéticos e ideológicos que se dieron en todo el continente giraban en torno al dialogo entre el «giro etnográfico» o el «giro folklórico» y la «música clásica contemporánea». No se puede obviar que la «música popular bailable» procedente de América – el tango, la danza afro-cubana, la rumba, la conga, la guaracha– irrumpió en las principales capitales europeas.

El ímpetu creador aparece en la obra de Ernesto Lecuona (1895-1963), pianista, compositor y empresario, quizás el músico más universal de Cuba; no olvidamos la capacidad titánica de Manuel M. Ponce (1882-1948) por dignificar el arte musical de México y proyectarlo hacia el mundo; como también advertimos la fuerza creadora de Carlos Chávez (1899-1978), alumno de Ponce y seguidor del proyecto cultural del político e intelectual José Vasconcelos, que ejerció un gran liderazgo musical en México; también tenemos presente las composiciones de Vicente Emilio Sojo en Venezuela, al igual que la apoteosis del ritmo del compositor uruguayo Eduardo Fabini (1882-1955) o el aliento generoso del grupo de músicos nacidos en Chile que aportaron una mirada intencionadamente nacional entre los que destacó la compositora y directora Marta Canales Pizarro (1893-1986).
A pesar de que la historia de la música en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá no cuenta con muchas fuentes bibliográficas, la multiculturalidad de esta región de hispanoparlantes sigue siendo motivo de interés de antropólogos y musicólogos.

El relato de Eli y Carredano no está concebido para hacer una cronología de los hechos sino que profundiza y reflexiona sobre las consecuencias que tuvieron para América Latina los acontecimientos históricos y las conmociones sociales y económicas que se derivaron del fin del mundo colonial de España en América y Asia, del creciente poder de Estados Unidos, con sus intervenciones en Cuba, de las dos grandes guerras europeas y de la consolidación de la Guerra Fría. Quizás fue excesivo para un solo siglo.

Las referencias bibliográficas que se anotan al final de cada capítulo son un asombroso despliegue de documentación que adquieren una dimensión más amplia y específica de lo que cualquier melómano pudiera intuir.

En suma y para terminar estas notas, que podrían prolongarse demasiado si nos dejamos llevar por el interés que nos suscita el tema, nos damos cuenta de  que después de leer los estudios de Consuelo Carredano y Victoria Eli, es oportuno afirmar que ninguna música les es ajena, porque hablan de ella como si la tuvieran dentro. O, por lo menos, eso creemos que diría nuestro admirado Alejo Carpentier.

http://sonograma.org/suplement-de-llibres/historia-de-la-musica-espana-hispanoamerica-vol-8/

 

Acerca del autor:
Carme Miró
Sonograma Magazine

Acerca del libro:
Historia de la música en España e Hispanoamérica. Volumen 8
Consuelo Carredano y Victoria Eli