Fecha:
07/04/2017
“No parece que quepa, hoy en día, otra poesía que la que diga el hambre. Y el terror. La desolación y la extrañeza. Que lo diga para que nos reconozcamos en ello. (...)"
Sobre todo, atender al silencio, ese silencio: la callada inocencia recobrada, antes del logos, el no saber cargado de compasión por los seres que viven con su hambre”, escribe Chantal Maillard al final del epílogo que a modo de poética cierra su antología esencial, En un principio era el hambre.
La publica el Fondo de Cultura Económica, con selección de Antonio F. Rodríguez Esteban y la propia autora y un prólogo en el que Virginia Trueba resume la poesía de Chantal Maillard como un viaje hacia el olvido y hacia la falta de certezas.
Se recoge en este volumen una muestra amplia de la obra de la autora, desde los Diarios indios hasta los recientes La herida en la lengua y La mujer de pie, pasando por obras centrales en su poesía, como Matar a Platón o Hilos; por las notas al margen de Husos o por los cuadernos de la memoria de Bélgica.
El conjunto refleja la consistencia estética y la hondura meditativa del mundo poético de Chantal Maillard, la estrecha interrelación de pensamiento y lenguaje en su escritura y su constante y rigurosa reflexión sobre la poesía. Ligada a la filosofía existencial, al pensamiento oriental y a la razón estética de María Zambrano, a la que dedicó su tesis doctoral, su poesía es una indagación en la muerte y en la falta de sentido para reivindicar la escritura como forma de supervivencia:
Escribo
para que el agua envenenada
pueda beberse.
Así cerraba Escribir, un largo poema que forma parte de Matar a Platón y que resume su reflexión sobre el sentido y los límites de una escritura construida desde el no-tiempo del presente y desde el extrañamiento despersonalizado y distanciado del infinitivo:
escribir
para curar
en la carne abierta
en el dolor de todos
en esa muerte que mana
en mí y es la de todos
escribir
para ahuyentar la angustia que describe
sus círculos de cóndor
sobre la presa
aunque en el alma no
en el alma
la estimación del tiempo que concluye
y es arriba
algo más que un silencio
con ojos semiabiertos
El reconocimiento de la propia identidad, el sufrimiento y el dolor recorren esta poesía del hueco y de la grieta, de la muerte y el duelo, una búsqueda del centro desde el margen, una mirada al vacío desde el abismo.
Escritura en el límite, testimonio y curación de la llaga y el desamparo; poesía que nace de la herida del conocimiento y va a la cicatriz de la palabra, a la raíz de la calma y la memoria. Exploración en lo oscuro desde lo oscuro, búsqueda del centro desde una palabra sanadora que va, desde la incertidumbre y el silencio, hasta más allá de sus límites. Como en este significativo poema de Hilos que podría resumir el fondo y el estilo de la poesía de Chantal Maillard:
Me pedís palabras que consuelan,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en las ventanas.
Fuente: http://encuentrosconlasletras.blogspot.com.es/2017/04/chantal-maillard-antologia-esencial.html
Fuente: http://es.paperblog.com/chantal-maillard-antologia-esencial-4324194/
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