Fecha:
24/08/2009
Algunos poetas se dan a conocer mediante la práctica de otras expresiones. Las tarjetas de presentación de Octavio Paz, por ejemplo, suelen ser sus lúcidos ensayos y su decidida labor como divulgador cultural. Como la poesía la disfruta una minoría, sus autores juegan una suerte de autopromoción al escribir otro tipo de textos. De tomar por ciertas esas palabras, el madrileño Luis Antonio de Villena encaja a la perfección con la máxima.

Narrador, traductor y buen periodista, Villena es una voz que ha hecho eco desde las letras contemporáneas de España que, sin embargo, mantiene un importante reconocimiento como poeta: "Virtuoso exponente de un oficio en extinción".

La lectura de una antología nos integra a un paseo por diversas rutas. En Honor a los vencidos se concentra una selección de más de tres décadas de poemas de Villena, cuya obra nos permite participar en un jolgorio amoroso y permanente no exento de cierto escándalo: "A ciertas horas no se llame a mi teléfono;/ donde voy aquel rato no lo nombro al amigo/ -ese que tiene casa y mujer y empleo asegurado-./ Lo que bebo en tu copa (he hablado de ti todo el poema) lo adjetivo para que no se entienda./ Lo que hago contigo lo niega mi faz por la mañana".

El poeta español alterna lo implícito del deseo amoroso con la evocación franca de la homosexualidad. La belleza, o lo que nos sugiere como bello, se mezcla con alegorías de los placeres y cultos perfiles con aproximaciones más cotidianas: "...Lo que somos nos queda./ Final de Babilonia con rimmel y rockeros,/ y dioses esplendentes, que no saben hablar…". "Buscaba un empeño más alto./ Convertir el deseo en carne,/ vivir en un fuego constante, pero no consumirse,/ hacer con lo imaginado una cotidiana púrpura". Villena nunca deja de echar leña al fuego de la provocación.

Acerca del autor:
Fernando Islas
Excélsior / Comunidad / Dos para llevar / México

Acerca del libro:
Honor de los vencidos
Luis Antonio de Villena