Fecha:
29/12/2021
El escritor navarro Fermín Goñi acaba de publicar ‘Un día de guerra en Ayacucho", su nueva novela tras cinco años de investigación con la que cierra una triología sobre la independencia en América del Sur.
La batalla que definió la independencia de América del Sur y arrastró a Hispanoamérica a su emancipación del dominio español se libró en Ayacucho. Los hechos ocurridos en dicha ciudad peruana han quedado para la historia, pero han sido también el argumento de "Un día de guerra en Ayacucho", la última novela de Fermín Goñi (Pamplona, 1953) en la que narra, no solo esa batalla decisiva, sino también los momentos vividos por unas tropas desgastadas que llegaron al golpe final en unas condiciones complicadas al escasear la ropa, el alimento, incluso el armamento en condiciones.
Tras cinco años de documentación e investigación y cuatro viajes a Perú, el escritor navarro ha llevado a la ficción unos hechos reales con los que América del Sur culminaba una larga lucha por su independencia que se había iniciado dieciséis años antes. Con esta novela Fermín Goñi cierra una trilogía sobre la independencia en América que comenzó con la publicación de "Los sueños del libertador" (2009), una biografía del militar criollo Francisco de Miranda; continuó con "Todo llevará su nombre" (2014), que narra los últimos días de vida de Simón Bolívar, para terminar con "Un día de guerra en Ayacucho" (2021).
¿Por qué le atrae tanto la historia, en concreto, lo ocurrido en América del Sur?
Tengo familia en Venezuela y he ido mucho desde adolescente. Por lo que me contaban mis tíos supe quién era Simón Bolívar y el general Miranda, un personaje al que la historia lo ha hecho invisible, pero que fue el inductor del proceso de independencia. He cruzado el Atlántico 118 veces en un sentido y otro. He estado tanto en América que me fui metiendo en el tema. Hay quien dice que soy “americanista”. No lo había pensado, pero es verdad. Me siento más sudamericano que cualquier otra cosa. Me gusta mucho toda la región y me deprime el estado tan lamentable en el que se encuentra.
Una batalla entre dos ejércitos que llevan meses persiguiéndose a 4.000 metros de altura, en plenos Andes. Su novela, es ¿una reconstrucción minuciosa?
Muy minuciosa. Para escribir sobre unos hechos históricos es fundamental la documentación. He estado cinco años investigando, he estudiado a los personajes y he analizado toda su correspondencia. He contado con buenos asesores militares tanto en Perú como en Pamplona y han sido de gran ayuda. Y tengo documentación escrita por militares que estuvieron en el escenario de la batalla.
¿Ha sido complicado acceder a la correspondencia que se cruzaron en 1824 personajes como Simón Bolívar?
Me gusta mucho la historia y soy un lector compulsivo. Más bien soy muy bibliófilo, casi bibliópata Tengo una buena biblioteca sobre temas americanos referidos a la independencia y gran parte de la documentación que he utilizado la tengo en mi casa. La correspondencia entera de Bolívar, tanto la que mandó como la que recibió, la tengo en casa, al igual que la del general San Martín, el general Sucre y la obra completa del general Miranda. Todo está en mi casa.
El hilo conductor de la novela no son los militares sino una mujer, Flora Barros. ¿Por qué?
Son las mujeres que acompañaban al ejército. En Bolivia y Perú se les conoce como las “rabonas”, mientras que en México se les llama “Adelitas”. Me parece de justicia mencionar a ese grupo, un regimiento de mujeres, que acompañaban a sus maridos, sus novios, hermanos, padres o amigos. Creo que había que dedicarles el espacio que se merecían.
Han sido las grandes olvidadas, ¿pero qué importancia tuvieron en este episodio?
No salen por ningún sitio en los episodios históricos que se conservan. Y en la historia de España no sale tampoco esta batalla. No existen por ningún lado. En la Gaceta de Madrid, que es el antecesor del Boletín Oficial del Estado, de los años 25 y 26, se habla de esta batalla como “el desgraciado incidente de Ayacucho”. No se explica nada mas.
¿Cree que no se le dio importancia a la batalla o hay otras razones por las que se calla?
Yo creo que no acababan de creerse en Madrid que el imperio se había desmoronado. Pero fue así.
La fase de documentación también le llevó a viajar al lugar de la batalla. ¿Qué se encontró?
Las cuatro veces que he estado en Perú he visitado el lugar , que es la pampa de Quinua, a los pies del Condorcunca, a 4.000 metros de altura en los Andes. Lo he subido varias veces para tener una idea de como era aquel lugar entonces. Los Andes son magníficos para ir de turista en el siglo XXI, pero eran una tortura en el siglo XIX.
Ha escrito ensayos, libros de viaje y otros géneros. ¿Se ha sentido cómodo con la novela histórica?
La novela histórica, lo malo que tiene para el escritor, es que hay que dedicar mucho tiempo a la investigación. Son tantos datos e información recopilada, que luego hay que darle forma para que le atraiga al lector. Y lo mejor es escribir una novela, no puedes aburrir con cifras y datos. He querido hacer una novela lo más ágil posible dentro de lo que da mi cabeza y mi narrativa.
¿Le ha resultado más complicado que, por ejemplo, escribir una novela negra?
Hasta ahora he publicado 12 novelas y ésta ha sido la más dura de todas. No es la que más me ha costado en tiempo, pero sí la más laboriosa a la hora de hacer la arquitectura de la novela y desarrollarla con criterio e interés para el lector. No ha sido una tarea fácil , pero sí apasionante, pues la batalla de Ayacucho es de lo más épico que ha sucedido en América.
Finalizada la trilogía, ¿tiene nuevos proyectos narrativos?
Tengo otras novelas que están acabadas, son novela negra, que irán publicándose los próximos años. "Un día de guerra en Ayacucho" me ha tenido con la mente tan abstraída en lo que estaba haciendo, que ha habido momentos que he tenido que parar para dedicarme a escribir otra cosa. Si no, habría terminado esquizofrénico.
Fuente:
https://www.diariodenavarra.es/noticias/cultura-ocio/cultura/2021/12/29/fermin-goni-mi-nueva-novela-no-sido-tarea-facil-si-apasionante-512348-1034.html