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Ellas tienen la palabra. Estudio preliminar

Fecha:
26/01/2018
Cuando la poeta (con premios tan prestigiosos como el Villa de Martorell, el Rubén Darío, el Miguel Hernández o el Platero, y una decena de libros publicados), crítica, traductora (de Paul Virilio, por ejemplo, del que fue su introductora en lengua castellana) y dinamizadora cultural (en el ámbito del cine, de la literatura, del activismo en favor de los derechos de los homosexuales, de la crítica cultural) Noni Benegas (Argentina 1947, atrnque radicada en España desde 1977 y residente en París y Ginebra entre 1980 y 1986) y el también poeta editor Jesús Munárriz publicaron en el año 1997 la antología, que incluía a cuarenta y una autoras nacidas a partir de 1950, el canon poético de la poesía escrita en este país comenzó a tambalearse. Es cierto que doce años antes la misma editorial, Hiperión (la más importante de su época de entre las dedicadas, sobre todo, a la poesía y todavía un referente de primer nivel en el panorama actual), había publicado, con gran éxito, una antologia realizada por Ramón Buenaventura de las más jóvenes poetisas de entonces; pero, a diferencia de ésta, que sólo quería ser un fiel espejo generacional sin mayores pretensiones teóricas, la de Noni Benegas y Jesús Munárriz tenia un trasfondo crítico que trascendía lo meramente informativo. Este trasfondo, de hecho, se encargó de ponerlo Ia primera de los dos en un Estudio Preliminar memorable que pronto se convirtió en referencia ineludible para los estudiosos de diversas disciplinas. Pero vayamos por partes.

Lo primero que hay que destacar es que sirvió para dotar de visibilidad a una serie de autoras muchas de las cuales pasaron de ser prácticamente desconocidas a ir, poco a poco, conquistando lugares de privilegio en la historia de la poesía reciente. Olvido García Valdés, Chantal Maillard y Ángeles Mora, apenas una nota a pie de página en los manuales del momento, acabarían siendo, por ejemplo, premios nacionales de Poesía y teniendo legión de seguidores apasionados. Y Ana Rossetti, Julia Otxoa, Concha García, Menchu Gutiérrez, Blanca Andreu, Pilar González España, Aurora Luque, Ada Salas, Luisa Castro o Ana Merino, por citar sólo a unas cuantas, son, hoy por hoy voces consolidadas que gozan de un prestigio generalizado más allá de los géneros. Desde la primera línea se nota con claridad que los antólogos leyeron mucho, leyeron bien y leyeron, sobre todo, sin prejuicios ni inercias históricas o conceptuales.

Sin embargo, esto (leer mucho, bien y sin prejuicios) no hubiera sido suficiente si detrás no hubiera habido un sólido andamiaje teórico, que es justo lo que supo armar Noni Benegas en su espléndida introducción. Noni Benegas se propuso que se convirtiera en una antología exegética, es decir, en una que ayudara a conformar el canon y al hacerlo, se convirtiera en instrumento fiable para contar la historia de este período. Partiendo, como afirma ella misma, del ejemplo de Susan Kirkpatrick y su investigación sobre las escritoras románticas y de los estudios sobre el campo literario de Pierre Bourdieu, explora las razones de la exclusión de las poetisas (vocablo que reivindica como parte de la puesta en valor y definición de la mujer-poeta frente al varón-poeta) del canon a través de los tiempos, critica que a la mujer (también a la mujer poeta) se la haya representado a partir del discurso elaborado a partir de la mirada masculina (y sirviendo a sus intereses dominadores y a su imperativa lógica del deseo), y demanda una transgresión del capital simbólico y social, una relectura de los mitos que modelan y condicionan nuestro estar en el mundo, y una atención a esos huecos o intersticios de la historia por donde se pierden los invisibles, los excéntricos, los heterodoxos y los olvidados. Noni Benegas hace en este estudio historia, hace crítica, hace sociología y reflexiona sobre cuestiones tan candentes, entonces y ahora, como el lugar del otro, los distintos modos de decir o el lenguaje como herramienta de construcción de un sujeto. Y lo hace con una enorme claridad, con una profundidad no coyuntural, con todos los datos en las manos y con una pasión contagiosa.

Este Estudio Preliminar fue un hito. Las varias ediciones de la antología así lo reconocieron. Y muchas otras que la siguieron (como una complementaria a esta, también publicada por Hiperión diez años después, firmada por Sharon Keefe Ugalde y titulada) se miraron en su espejo crítico y teórico. Sin él, y sin el esfuerzo hermenéutico y finura lectora de Noni Benegas, en España seguiríamos sin entender de verdad el verdadero lugar (un lugar bien visible, para empezar, y no subordinado a las inercias machistas más o menos solapadas que han regido durante siglos nuestra recepción del hecho literario) que ha de ocupar la poesía escrita por mujeres. Es por eso que merecía mucho la pena su reedición y hacerlo, además, en un formato accesible que permita a muchos más lectores (poetas, lectores en general, universitarios, críticos, historiadores de la literatura, periodistas culturales) acceder a él y beneficiarse de su lectura. Los materiales complementarios que acompañan este trabajo son buenas oportunidades para comprobar el alto grado de expectación y posterior aceptación que suscitó, así como para profundizar en algunas cuestiones centrales del mismo. Hay que destacar, de manera especial, la entrevista que la prestigiosa revista hizo a la autora a raíz de la publicación de porque en su docena de páginas Noni Benegas resume de manera ejemplar el marco teórico y las vicisitudes intelectuales que se pusieron en juego a la hora de elaborar la antología.

Acerca del autor:
Jesús Aguado
Letra Internacional

Acerca del libro:
Ellas tienen la palabra
Noni Benegas